jueves, 19 de noviembre de 2009

Cuarta semana.

Nota: ya está publicado los requisitos para el trabajo final.
2.7 Relaciones entre carácter y ética en la vida cotidiana

En los análisis anteriores se vincula a la ética con el carácter y la actitud y dado que estos son modificados por los hábitos, también los hábitos se incluyen en la ética. Es decir el objeto material de la ética englobaría: modo ético de ser, hábitos y actos e interrelaciones.
ÉTICA, CARACTER, HÁBITOS.
Los hábitos y el carácter moral configuran la realidad moral. Los escolásticos sostienen que los hábitos son el fundamento de todo acto de voluntad lo cuál duda el filósofo Aranguren.
Los filósofos Heidegger, Ortega, Schopenhauer y Zubiri rompen la tradición moral convirtiendo el carácter moral en algo inherente al hombre. Más bien se trata de una reivindicación de la importancia del carácter moral en la guía de los actos.
La tradición explícita ha obviado este fundamento de los hábitos. Por dos razones, en primer lugar porque se oculta, en segundo porque no es práctico para la teología.
El autor Covey - La ética del carácter se basa en la idea fundamental de que hay principios que gobiernan la efectividad humana, leyes naturales de la dimensión humana que son tan reales, tan constantes y que indiscutiblemente están tan allí como las leyes de la gravitación universal en al dimensión física.
Necesitamos un nuevo nivel, un nivel mas profundo para superar esas preocupaciones profundas. El enfoque de adentro a hacia afuera dice que las victorias privadas preceden a las victorias publicas, que debemos hacernos promesas a nosotros mismos, y mantenerlas ante nosotros, y solo después hacer y mantener promesas ante los otros. Dice también que es fútil poner la personalidad por delante del carácter, tratar de mejorar las relaciones con los otros antes de mejorarnos a nosotros mismos. De adentro hacia afuera significa para la mayoría de las personas un cambio dramático de paradigma, en gran medida a causa del poderoso efecto del condicionamiento y del actual paradigma social de la ETICA DE LA PERSONALIDAD
Básicamente, nuestro carácter está compuesto por nuestros hábitos. Los hábitos son factores poderosos en nuestras vidas. Dado que se trata de pautas consistentes, a menudo inconscientes, de modo constantes y cotidiano expresan nuestro carácter y generan nuestra efectividad... o inefectividad.





3.1 Los procesos de asimilación y socialización
De acuerdo con Piaget los organismos humanos comparten dos frunciones: organización y adaptación. Los procesos psicológicos están organizados en sistemas (como un mapa conceptual) y estos sistemas buscan la adaptación.
La adaptación tiene dos procesos complementarios como la asimilación y la acomodación. La asimilación se refiere a como un organismo se enfrenta a un estímulo en términos de su organización actual. La acomodación implica una modificación de la organización actual en respuestas a las demandas del medio. Estos procesos implican una reestructuración cognitiva.
La socialización o sociabilización es el proceso mediante el cual los individuos pertenecientes a una sociedad o cultura aprenden e interiorizan un repertorio de normas, valores y formas de percibir la realidad, que los dotan de las capacidades necesarias para desempeñarse satisfactoriamente en la interacción social; aún más allá de esta, puesto que las habilidades intelectuales y emocionales se adquieren a través de actividades interactivas, numerosas corrientes psicológicas y filosóficas sostienen que la identidad individual —es decir, el concepto que la persona tiene de sí misma, sus modelos cognitivos y sus impulsos emotivos— es ella misma el resultado de la socialización.
El proceso de socialización, que debemos conceptuar como la asunción o toma de conciencia de la estructura social en la que un individuo nace, es factible gracias a los agentes sociales, que son las instituciones e individuos representativos con capacidad para transmitir e imponer los elementos culturales apropiados. Los agentes sociales más representativos son la familia y la escuela.









3.2 Condiciones para la formación de la personalidad productiva
Una personalidad productiva no se aparta nuca de la libertad y la responsabilidad. Una persona productiva se experimenta a sí misma como la personificación de sus poderes y como su actor, que se siente uno con sus facultades y al mismo tiempo que estas no están enmascaradas ni enajenadas de él.
Decía Maslow que si proporcionamos el ambiente adecuado una persona se desarrollará por sí misma. Es un ambiente de libertad, responsabilidad, racional. El maestro se debe transformar en un facilitador del aprendizaje.
La creatividad florece en un ambiente de libertad. Enseñar a los estudiantes a evaluarse a sí mismos.


3.3 Rasgos típicos de la personalidad productiva. Los procesos del amor, la razón y el trabajo
La orientación productiva. Existe, no obstante, una personalidad más sana, a la que Fromm ocasionalmente se refiere como la persona que no lleva máscara. Esta es la persona que sin evitar su naturaleza social y biológica, no se aparta nunca de la libertad y la responsabilidad. Proviene de una familia que ama sin sobresaturar al sujeto; que prefiere las razones a las reglas y la libertad sobre la conformidad.
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Fromm dice que las primeras cuatro orientaciones (a las cuales otros llaman neurótica) viven el modo (o modelo) de tenencia. Se centran en el consumo, en obtener, en poseer…Se definen por lo que tienen. Fromm dice que el “yo tengo” tiende a convertirse en el “ello me tiene”, volviéndonos sujetos manejados por nuestras posesiones.
Del otro lado, la orientación productiva vive en el modo vivencial. Lo que eres está definido por tus acciones en el mundo. Vives sin máscara, viviendo la vida, relacionándote con los demás, siendo tú mismo.


3.4 Educación de personalidades productivas
Estimular en el alumno la creatividad, tener iniciativa, el aprendizaje significativo, investigar, hacer proyectos.

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