viernes, 8 de junio de 2012

Tercera semana mayo 2012

TEMPERAMENTO, CARÁCTER Y PERSONALIDAD César Vásquez Olcese & Nicolás Valle Palomino El temperamento y el carácter son temas polémicos que generan confusión. Aparte de no existir mucha bibliografía sobre ellos, la existente a veces es contradictoria. Suele confundírseles y tomarse uno por el otro. Por ello creemos conveniente hacer uno breves esclarecimientos conceptuales. TEMPERAMENTO Es la disposición innata que nos induce a reaccionar de forma particular a los estímulos ambientales, determinada genéticamente. Específica la intensidad, el ritmo y el umbral de la respuestas emocionales. Es el “tinte” emocional de nuestras respuestas aprendidas. Depende del tipo de Sistema Nervioso Central y de Sistema Endocrino de cada persona. El aspecto temperamental más importante para la clasificación de los trastornos de personalidad según Kernberg es la Introversión / Extroversión. Está relacionado con: Intensidad: se refiere a “qué tanto…” se experimenta una emoción o un sentimiento. El grado de emotividad y de apasionamiento de las personas. Por ejemplo: si la persona se alegra mucho o casi no reacciona; si salta de alegría o apenas sonríe; si al hacerlo suda, se pone colorado, le tiembla la voz o se pone pálido, frío, etc. La percepción subjetiva e interna, además de las respuestas psicofisiológicas asociadas a la emoción, nos da una idea de la intensidad de la respuesta y del tipo de temperamento. Las respuestas intensas son comunes en los temperamentos inestables o fuertes. Las respuestas poco intensas en los débiles. Otros indicadores de intensidad (fortaleza o debilidad) son el volumen de la voz, la energía al apretar la mano de otro, la fuerza de la presión al escribir, etc. La energía e intensidad se dejan traslucir en esos y otros aspectos conductuales CARÁCTER Organización dinámica de los patrones conductuales del individuo; manifestación conductual de la identidad del yo, determinada por la integración del concepto de si mismo y de los otros significativos. Conjunto de reacciones y hábitos de comportamiento que se han adquirido durante la vida. Suelen ser rígidos y ayudan a defender al sujeto del medio. Es sinónimo de cuño, huella, marca. Ejemplo de rasgo de carácter: Un rasgo de carácter en un conjunto de conductas diferentes que se pueden englobar para clasificar a alguien. La influencia social en la formación del carácter http://www.cepvi.com/articulos/erikson.shtml Al igual que Piaget, Erik Erikson (1902-1994) sostuvo que los niños se desarrollan en un orden predeterminado. En vez de centrarse en el desarrollo cognitivo, sin embargo, él estaba interesado en cómo los niños se socializan y cómo esto afecta a su sentido de identidad personal. La teoría de Erikson del desarrollo psicosocial está formada por ocho etapas distintas, cada una con dos resultados posibles. Según la teoría, la terminación exitosa de cada etapa da lugar a una personalidad sana y a interacciones acertadas con los demás. El fracaso a la hora de completar con éxito una etapa puede dar lugar a una capacidad reducida para terminar las otras etapas y, por lo tanto, a una personalidad y un sentido de identidad personal menos sanos. Estas etapas, sin embargo, se pueden resolver con éxito en el futuro. 1. Confianza frente a desconfianza. Desde el nacimiento hasta la edad de un año, los niños comienzan a desarrollar la capacidad de confiar en los demás basándose en la consistencia de sus cuidadores (generalmente las madres y padres). Si la confianza se desarrolla con éxito, el niño/a gana confianza y seguridad en el mundo a su alrededor y es capaz de sentirse seguro incluso cuando está amenazado. No completar con éxito esta etapa puede dar lugar a una incapacidad para confiar, y por lo tanto, una sensación de miedo por la inconsistencia del mundo. Puede dar lugar a ansiedad, a inseguridades, y a una sensación excesiva de desconfianza en el mundo. 2. Autonomía frente vergüenza y duda. Entre el primer y el tercer año, los niños comienzan a afirmar su independencia, caminando lejos de su madre, escogiendo con qué juguete jugar, y haciendo elecciones sobre lo que quiere usar para vestir, lo que desea comer, etc. Si se anima y apoya la independencia creciente de los niños en esta etapa, se vuelven más confiados y seguros respecto a su propia capacidad de sobrevivir en el mundo. Si los critican, controlan excesivamente, o no se les da la oportunidad de afirmarse, comienzan a sentirse inadecuados en su capacidad de sobrevivir, y pueden entonces volverse excesivamente dependiente de los demás, carecer de autoestima, y tener una sensación de vergüenza o dudas acerca de sus propias capacidades. 3. Iniciativa frente a culpa. Alrededor de los tres años y hasta los siete, los niños se imponen o hacen valer con más frecuencia. Comienzan a planear actividades, inventan juegos, e inician actividades con otras personas. Si se les da la oportunidad, los niños desarrollan una sensación de iniciativa, y se sienten seguros de su capacidad para dirigir a otras personas y tomar decisiones. Inversamente, si esta tendencia se ve frustrada con la crítica o el control, los niños desarrollan un sentido de culpabilidad. Pueden sentirse como un fastidio para los demás y por lo tanto, seguirán siendo seguidores, con falta de iniciativa. 4. Industriosidad frente a inferioridad. Desde los seis años hasta la pubertad, los niños comienzan a desarrollar una sensación de orgullo en sus logros. Inician proyectos, los siguen hasta terminarlos, y se sienten bien por lo que han alcanzado. Durante este tiempo, los profesores desempeñan un papel creciente en el desarrollo del niño. Orientaciones del carácter La orientación receptiva. Estas son personas que esperan conseguir lo que necesitan; si no lo consiguen de forma inmediata, esperan. Creen que todas las cosas buenas y provisiones provienen del exterior de sí mismos La orientación explotadora. Estas personas esperan conseguir lo que desean a través de la explotación de otros. De hecho, las cosas tienen un valor mayor cuanto sean tomadas de otros: la dicha es preferiblemente robada, las ideas plagiadas, y el amor se consigue basándose en coerción La orientación acaparadora. Las personas que acumulan tienden a mantener consigo esas cosas; reprimen. Consideran al mundo como posesiones y como potenciales posesiones. Incluso los amados son personas para poseer, mantener o comprar. La orientación de venta. Esta orientación espera vender. El éxito es una cuestión de cuán bien puedo venderme; de darme a conocer. Mi familia, mi trabajo, mi escuela, mis ropas; todo es un anuncio, y debe estar “perfecto”. Incluso el amor es pensado como una transacción. Solo en esta orientación se piensa en el contrato matrimonial (estamos de acuerdo en que tú me darás esto y lo otro y yo te daré aquello y demás). La orientación productiva. Existe, no obstante, una personalidad más sana, a la que Fromm ocasionalmente se refiere como la persona que no lleva máscara. Esta es la persona que sin evitar su naturaleza social y biológica, no se aparta nunca de la libertad y la responsabilidad. Proviene de una familia que ama sin sobresaturar al sujeto; que prefiere las razones a las reglas y la libertad sobre la conformidad. Manifestaciones de las orientaciones del carácter en la tarea educativa. http://humanismoyconectividad.wordpress.com/2007/11/10/el-cambio-humanistico-hacia-otra-orientacion-del-caracter-para-recuperar-al-hombre/ http://fraynelson.com/biblioteca/filosofia/razon_educacion_filosofia.htm http://www.epedagogia.com/articulos/potenciarlarazon.htm Yo creo, dice Savater, que la educación es, entre otras cosas, pero muy principalmente, educación para la razón: educación es formar seres humanos, y los seres humanos somos ante todo seres racionales. La razón –repito– no es simplemente una especie de dispositivo automático. La razón está en buena medida basada en el confrontamiento con los demás, es decir, razonar es una disposición natural basada, o para nosotros fundada, en el uso de la palabra, en el uso del lenguaje; y el uso del lenguaje es lo que nos obliga a interiorizar nuestro papel social. El lenguaje es sociedad interiorizada Yo creo, dice Savater, que hay una distinción importante entre ambos conceptos (información y razón) El conocimiento es reflexión sobre la información, es capacidad de discernimiento y de discriminación respecto a la información que se tiene, es capacidad de jerarquizar, de ordenar, de maximizar, etc., la información que se recibe. Y esa capacidad no se recibe como información. Es decir, todo es información menos el conocimiento que nos permite aprovechar la información. Es el modo como se enseñan las asignaturas lo que puede ser humanista o no humanista. Puede ser un modo meramente informativo, meramente descriptivo, o puede ser un modo que a través de cualquier asignatura trate de desarrollar la capacidad de conocimiento, es decir, la capacidad de ordenar, de relacionar, de criticar, de discernir, etc., dentro de una línea determinada, dentro de un tema determinado. Todas las asignaturas tendrían que estar orientadas a la potenciación en su campo de la capacidad de conocimiento, de la capacidad de continuar por uno mismo el aprendizaje, frente a la pura disposición a asumir información. De modo que educar para la razón es educar para la autonomía, para la independencia. Y aquí hay un punto duro de la verdadera educación, y es que, los que nos dedicamos a la enseñanza, educamos para que las personas a las que educamos, nuestros alumnos, puedan prescindir de nosotros. Etica autoritaria y ética humanista Ética humanista vs. Ética autoritaria Los criterios de la ética humanista y la autoritaria son diferentes. En la ética autoritaria es una autoridad la que establece que es bueno para el hombre y prescribe las leyes y normas de conducta, en la ética humanista es el hombre mismo quien da las normas y es a la vez el sujeto de las mismas. La autoridad racional tiene su fuente en la competencia y es de carácter temporal y se basa en la igualdad de dos. La autoridad irracional es siempre el poder sobre la gente (físico o mental): el temor y el poder y se basa en la desigualdad. La ética autoritaria se refiere a la autoridad irracional. Tanto la ética humanista como la autoritaria tienen dos aspectos: formal y material y le dan un significado diferente al término “virtud El amor y el trabajo improductivos Todos los intentos de amar están condenados al fracaso, a menos que se procure del modo más activo desarrollar la personalidad total humana de forma que se alcance una orientación productiva. La satisfacción en el amor individual no puede lograrse sin la capacidad de amar al prójimo, sin humildad, coraje, fe, disciplina… En una cultura en la cual estas cualidades son raras, también ha de ser rara la capacidad de amar Otra forma de unión, caracterizada por su constancia, es la unión con el grupo, basada en la conformidad con el mismo, con sus costumbres, prácticas y creencias. Es un tipo de vínculo en el que el ser individual desaparece en gran medida, y cuya finalidad es la “pertenencia al rebaño”. Es como si se pensara: “Soy como los demás si no tengo sentimientos o pensamientos que me hagan diferente, si me adapto en las costumbres, las ropas, las ideas, al patrón del grupo”. “Si lo consigo, estoy salvado… de la terrible experiencia de la soledad”. Los sistemas dictatoriales utilizan las amenazas y el terror para inducir esta conformidad: los países democráticos, la sugestión y la propaganda. Además de lo anterior, hay otro factor “evasivo”, a la vez que alienante en la sociedad contemporánea, y es el papel de la rutina en el trabajo y en el placer. La inmensa mayoría del campo laboral contemporáneo es igual, funciona similarmente a lo señalado en párrafos anteriores. Generalmente, en aras de la seguridad, el trabajador de hoy prefiere serlo por cuenta ajena, formando parte de la fuerza laboral y la burocracia de empleados y empresarios. Tiene muy poca iniciativa, sus tareas están prescritas por la organización del trabajo, y los mismos sentimientos forman parte del baremo requerido: alegría, tolerancia, responsabilidad, ambición… y habilidad para llevarse bien con todo el mundo, sin inconvenientes. Hasta las diversiones se han hecho rutinarias Una tercera manera de lograr la unión reside en la actividad creadora. En cualquier tipo de tarea creadora, la persona que crea se une con su material, que representa el mundo exterior a él. En todos los tipos de trabajo creador, el individuo y su objeto se “tornan uno”. El hombre se une al mundo en el proceso creador. La unidad alcanzada por medio del trabajo creador no es interpersonal. La que se logra en la fusión orgiástica es transitoria. La proporcionada por la conformidad es una “pseudounidad”. ¿Cuál sería, pues, la solución más adecuada? Aquella que apunta al logro de la unión interpersonal, a la fusión con otra persona en el amor.